Negramoll, la noble tinta canaria
De entre la gran diversidad de variedades autóctonas que existe en las islas Canarias, destaca la Negramoll, también conocida como Mulata. Está considerada como la uva tinta noble del archipiélago. Su situación es antagónica en su tierra de origen y en el resto de España. Mientras está presente en prácticamente todas las Denominaciones de Origen de Canarias, no existe en ninguna región de la Península Ibérica.
La explicación no hay que buscarla sólo en el desconocimiento sobre el enorme potencial de la Negramoll para elaborar vinos de calidad, sino también en la duda razonable que se plantea sobre si la complejidad que ofrece en determinadas zonas de Canarias se podría conseguir en condiciones de clima y suelo muy diferentes.
Y es que la insularidad de Canarias, unida a los suelos volcánicos y a su latitud, influye de forma decisiva en sus vinos. Si a eso añadimos la escasa distribución que se hace de vinos de esta Comunidad Autónoma en el resto de España, se entiende que algunos de los productos elaborados con esta variedad aún no gocen del reconocimiento que merecen.
Carlos G. González, de Bodegas Domínguez Cuarta Generación, situada en la DO Tacoronte-Acentejo, señala que “hay varios factores que condicionan la escasa presencia de vinos canarios fuera de las islas. Por un lado, la producción está muy atomizada; multitud de pequeñas bodegas de muy diferentes tipologías hacen que sea difícil establecer campañas de comercialización. Por otro, en las islas se consume bastante más vino que el que se produce. La lejanía del continente y las pequeñas producciones hacen que sea gravoso el transporte de nuestros vinos a mercados exteriores, encareciendo bastante el producto”.
Pero, sin duda, el mayor obstáculo radica en la falta de conocimiento de los vinos canarios por parte de los consumidores, “incluso de los más experimentados”, afirma Carlos González.
Esta situación, que se va paliando de forma excesivamente lenta, es lamentable, sobre todo, para el consumidor que no llega a disfrutar de unos vinos muy originales, de gran personalidad, distintos de los parámetros marcados por la globalización y la utilización masiva de variedades de prestigio internacional.
La Negramoll, no obstante, es una uva que precisa de unas condiciones muy concretas para poder ofrecer lo mejor de sí misma. Se trata de una planta muy productiva, por lo que hay que controlar su tendencia al exceso. No se adapta bien a todo tipo de suelos y microclimas y, además, suele tener un ciclo bastante largo, con una maduración muy lenta. Este último rasgo es el responsable de que ofrezca, según González, la frescura aromática que la caracteriza, bien integrada con las nota minerales que aportan los suelos de origen volcánico.
Pero, si se cuidan los detalles necesarios, se pueden obtener resultados de gran nivel, como es el caso de Domínguez Selección Negramoll 2006. Se trata de un producto que acaba de salir al mercado, con una producción total de 3.000 botellas. Antes de su comercialización, ha pasado seis meses de crianza en barricas de roble nuevo y otros doce meses en botella. El vino no tiene excesiva carga de color, pero es extraordinariamente atractivo, tanto en nariz como en boca. Destaca lo frutal muy por encima de la madera, con aromas de fruta muy madura y toques florales y minerales, propios de la variedad. Además, tiene un paso de boca fresco, rasgo propio de los vinos de Negramoll, gracias a su elevada acidez.
Y es precisamente esa acidez la que les ha llevado a elaborar, casi de forma experimental, Domínguez Especial 2007, un vino blanco (aunque no lo llaman así para cumplir las exigencias de la DO), hecho con Negramoll y un pequeño porcentaje de Malvasía. El resultado es un vino con irisaciones cobrizas, muy amplio y estructurado, con cuerpo y a la vez fresco. Resaltan aromas de intensidad media florales y de fruta madura de hueso.
Características de la variedad
Es la uva tinta más característica de las islas Canarias, presente en prácticamente todas las Denominaciones de Origen de la Comunidad Autónoma. Puede aparecer como Negramoll Negra (existe la Negramoll Rosada) o escrita con diferentes grafías, como Negramolle o Negra Mole. También se la conoce como Mulata.
Es una variedad muy productiva, con racimos de tamaño mediano, muy compactos. Las bayas son también de dimensión media, de forma ovalada, color negro y pulpa carnosa. Gracias a su elevada acidez, da vinos frescos pero a la vez muy aromáticos. Tradicionalmente, se ha utilizado para la elaboración de vinos jóvenes en combinación con la uva Listán Negro.
fuente: eumedia.es
De entre la gran diversidad de variedades autóctonas que existe en las islas Canarias, destaca la Negramoll, también conocida como Mulata. Está considerada como la uva tinta noble del archipiélago. Su situación es antagónica en su tierra de origen y en el resto de España. Mientras está presente en prácticamente todas las Denominaciones de Origen de Canarias, no existe en ninguna región de la Península Ibérica.
La explicación no hay que buscarla sólo en el desconocimiento sobre el enorme potencial de la Negramoll para elaborar vinos de calidad, sino también en la duda razonable que se plantea sobre si la complejidad que ofrece en determinadas zonas de Canarias se podría conseguir en condiciones de clima y suelo muy diferentes.
Y es que la insularidad de Canarias, unida a los suelos volcánicos y a su latitud, influye de forma decisiva en sus vinos. Si a eso añadimos la escasa distribución que se hace de vinos de esta Comunidad Autónoma en el resto de España, se entiende que algunos de los productos elaborados con esta variedad aún no gocen del reconocimiento que merecen.
Carlos G. González, de Bodegas Domínguez Cuarta Generación, situada en la DO Tacoronte-Acentejo, señala que “hay varios factores que condicionan la escasa presencia de vinos canarios fuera de las islas. Por un lado, la producción está muy atomizada; multitud de pequeñas bodegas de muy diferentes tipologías hacen que sea difícil establecer campañas de comercialización. Por otro, en las islas se consume bastante más vino que el que se produce. La lejanía del continente y las pequeñas producciones hacen que sea gravoso el transporte de nuestros vinos a mercados exteriores, encareciendo bastante el producto”.
Pero, sin duda, el mayor obstáculo radica en la falta de conocimiento de los vinos canarios por parte de los consumidores, “incluso de los más experimentados”, afirma Carlos González.
Esta situación, que se va paliando de forma excesivamente lenta, es lamentable, sobre todo, para el consumidor que no llega a disfrutar de unos vinos muy originales, de gran personalidad, distintos de los parámetros marcados por la globalización y la utilización masiva de variedades de prestigio internacional.
La Negramoll, no obstante, es una uva que precisa de unas condiciones muy concretas para poder ofrecer lo mejor de sí misma. Se trata de una planta muy productiva, por lo que hay que controlar su tendencia al exceso. No se adapta bien a todo tipo de suelos y microclimas y, además, suele tener un ciclo bastante largo, con una maduración muy lenta. Este último rasgo es el responsable de que ofrezca, según González, la frescura aromática que la caracteriza, bien integrada con las nota minerales que aportan los suelos de origen volcánico.
Pero, si se cuidan los detalles necesarios, se pueden obtener resultados de gran nivel, como es el caso de Domínguez Selección Negramoll 2006. Se trata de un producto que acaba de salir al mercado, con una producción total de 3.000 botellas. Antes de su comercialización, ha pasado seis meses de crianza en barricas de roble nuevo y otros doce meses en botella. El vino no tiene excesiva carga de color, pero es extraordinariamente atractivo, tanto en nariz como en boca. Destaca lo frutal muy por encima de la madera, con aromas de fruta muy madura y toques florales y minerales, propios de la variedad. Además, tiene un paso de boca fresco, rasgo propio de los vinos de Negramoll, gracias a su elevada acidez.
Y es precisamente esa acidez la que les ha llevado a elaborar, casi de forma experimental, Domínguez Especial 2007, un vino blanco (aunque no lo llaman así para cumplir las exigencias de la DO), hecho con Negramoll y un pequeño porcentaje de Malvasía. El resultado es un vino con irisaciones cobrizas, muy amplio y estructurado, con cuerpo y a la vez fresco. Resaltan aromas de intensidad media florales y de fruta madura de hueso.
Características de la variedad
Es la uva tinta más característica de las islas Canarias, presente en prácticamente todas las Denominaciones de Origen de la Comunidad Autónoma. Puede aparecer como Negramoll Negra (existe la Negramoll Rosada) o escrita con diferentes grafías, como Negramolle o Negra Mole. También se la conoce como Mulata.
Es una variedad muy productiva, con racimos de tamaño mediano, muy compactos. Las bayas son también de dimensión media, de forma ovalada, color negro y pulpa carnosa. Gracias a su elevada acidez, da vinos frescos pero a la vez muy aromáticos. Tradicionalmente, se ha utilizado para la elaboración de vinos jóvenes en combinación con la uva Listán Negro.
fuente: eumedia.es
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