Isla de origen volcánico, perteneciente a Portugal, situada a 750 kilómetros al oeste de Casablanca. Fue descubierta en el siglo XV por un capitán portugués de Enrique el Navegante quien, en su ruta de reconocimiento por la costa africana, se desvió, llegando a la isla. A su llegada se encontraron un territorio deshabitado con abundante vegetación formando bosques y selvas. Los nuevos pobladores se dispusieron a cambiar el paisaje de la isla, para lo cual provocaron una serie de incendios, de los cuales se dice que llegaron a extenderse durante siete años seguidos. A resultas de este proceso se generó un suelo rico en nitrógeno, compuesto también por los materiales volcánicos (originarios de la isla), basalto gris de la ceniza resultante del fuego ('tufa'), así como por compuestos calcáreos. Las montañas, rodeadas de permanentes nubes, alcanzan cotas cercanas a los dos mil metros y dotan a las tierras bajas de agua que discurre a través de una serie de canales construidos en el siglo XVI. A éstos se les conoce con el nombre de 'levadas'. Las viñas originarias de Madeira fueron llevadas por los marineros portugueses que en sus viajes por todo el mundo las transportaban para su plantación en las nuevas colonias. El imperio británico resultó de gran importancia para dar a conocer el vino de esta región, ya que propagaron su fama por todo el mundo. El vino alcanzó gran importancia en las islas británicas. Cuenta la historia que el Duque de Clarence, prisionero en la torre de Londres y condenado a muerte, eligió para poner fin a su vida morir ahogado en un barril de vino de Madeira.Por su situación geográfica, la isla cuenta con un clima benigno, sin temperaturas extremas en invierno o verano y unas reservas de aguas subterráneas que se calculan cercanas a los 200 millones de litros. Debido a su relieve montañoso en la mayoría de los casos se ha optado por una disposición de los viñedos en terrazas, aunque en otros, las viñas ocupan pequeños terrenos compartidos con otro tipo de cultivos como por ejemplo plátanos. En Madeira todavía hay muchos viñedos que están plantados en pérgolas, como ocurre en Galicia (Rías baixas) o en el propio Portugal continental en la región productora de Vinho Verde. Este sistema permite a la planta seguir creciendo aferrándose a la guía y de este modo, permitir la plantación de otros cultivos a baja altura, además de evitar posibles infecciones a la planta.En cuanto al proceso de producción, la obtención del vino, éste no destaca especialmente del utilizado en otras regiones del mundo. Prácticamente toda la recolección, e incluso algunas labores de elaboración se siguen haciendo mediante medios exclusivamente humanos. El vino de Madeira, como ocurrió con los vinos de Oporto o los vinos de Jerez, fue encabezado para aguantar mejor los traslados desde la zona de producción hasta las zona de consumo (antes de que esto ocurriera muchos vinos jóvenes de Madeira acababan convirtiéndose en vinagre), con lo cual se obtenían unos vinos más robustos y longevos. Otra peculiaridad importante del proceso de elaboración de los vinos de Madeira es el estufado de barricas, que consiste en proceder a su calentamiento mediante estufas alcanzándose un doble efecto: por un lado se preserva mejor el vino y, por otro, le otorga un peculiar aroma tostado consecuencia de la caramelización del azúcar.Los vinos en Madeira varían dependiendo del mercado al que van dirigidos y a la gama de precios. La mayoría se identifican bajo una serie de nombres, en muchos casos parecidos, que hacen alusión a la variedad de uva que domina en el vino. Para que un vino pueda explicitar el nombre de la uva de la que está compuesto la ley establece que esa misma uva corresponda al menos al 85% de la composición. Los vinos más importantes de Madeira son (cuyos nombres corresponden a las uvas de las que están hechos): Sercial (vino seco encabezado tras su fermentación, al igual que en el caso de los jereces), Verdelho (algo menos seco y encabezado), Terrantez (vino ligeramente abocado, también encabezado tras su fermentación), Bual (vino semi-dulce, en cuyo caso el encabezamiento se hace durante la fermentación, como ocurre con el vino de Oporto) y Malmsey o Malvasía (vino dulce al estilo Oporto). Atendiendo a la edad de los vinos, identificamos cuatro clases: Colheita, vino de un solo viñedo elaborado a partir de una sola variedad, tiene un periodo mínimo de crianza en madera de 20 años. Reserva Extra, con una composición de algunas de las anteriores variedades no inferior al 85%, debe permanecer en roble al menos 15 años. Reserva Velha, para ser etiquetado bajo este nombre, el vino debe descansar en botella y madera no menos de 10 años. Finalmente, con una edad mínima de 5 años se encuentran los vinos denominados Reserva.
Quinta Vendimia Tinto 2019 Cepas Viejas de Soria
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