lunes, 10 de noviembre de 2008

Un restaurante inexistente pone en entredicho las críticas

El objetivo del catador de vinos Robin Goldstein era el de devolver al consumidor el criterio para que él mismo decida qué es bueno y qué es malo. Para ello, ha puesto en tela de juicio la credibilidad de los famosos premios que concede la revista Wine Spectator a los mejores establecimientos culinarios. El crítico ideó un establecimiento fantasma, L’Osteria L’Intrepido de Milán, y lo presentó al concurso que convoca la revista, pagando las tasas, con un menú y una carta de vinos inventada, que finalmente ha resultado ganadora, cuando, según afirma Goldstein, la lista incluía los vinos peor valorados por ellos mismos en los últimos 20 años.Tras descubrirse lo sucedido, la revista ha declarado públicamente haber sido víctima de un engaño muy elaborado. Mientras, en su blog, Goldstein hurga en la herida y vuelve a contestar a la defensa de los editores de Wine Spectator recriminándoles la forma en la que comprueban la existencia del restaurante, y cómo el único mail que recibe de ellos es para informarle de que ha sido preseleccionado y ofrecerle insertar publicidad en la revista, entre otras cosas.Con todo lo aprendido de esta experiencia, el catador editará un libro sobre la credibilidad de los concursos gastronómicos y enológicos que será publicado en 2009. Mientras, para seguir la información se puede entrar en http://osterialintrepido.wordpress.com

fuente: www.mercadosdelvino.es

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