martes, 25 de agosto de 2009

tiempos de vendimia (1982)

Autor: Manuel Arandilla

Y algún día ceremoniosamente se abrirá la puerta
y me sacarás de mí pulverizando mi letargo
y me pondrás sobre el alféizar de tu ventana violeta
y pasearás beoda por mis recibidores
y verás mis translúcidos postres de aire
y olerás mis ácidos eclipses
y agitarás los laberintos de la ebriedad
y por fin empaparé tus ciegas cántaras
y medirás en tarjas mi infinitud
y me beberás a cacarela
y me beberás a chinguete sabiendo que tapizo el vacío de tu boca
y cantarás en las bacanales tabernas con tu clarete aire de cabaretera
y vendrás en otoño a Aranda de Duero y conocerás al Corbetera
al Arroz
al Tío Pilili
al Tatarón
al Tasio
al Ologio el Patata
al Gildos
al Capitán el Mancurrín
al Cheripe...
que todavía siguen inventando la noche y besan la madrugada
y me venderás como tu mejor vino
y te darán espliego como moneda
y buscarás la sombra de los chopos con mi bota en bandolera
y de las cantinas harás catedrales de bondad
y grabarás tu cruz secreta sobre el dintel de mi nacimiento
y pintarás con vino el paisaje del sonido
y saborearás el beso de mi urna amarga
y penetrarás en mi caverna de pámpano
y romperás las trémulas telarañas de mi edad
y consolaré el rito de tus penasy emborracharás las letras de tu apodo
y te sentirás inmortal por tener sed
y de mi pentagrama goteará zumo de tormenta
y tragarás el tiempo hasta tu estómago
y quemarás las gavillas de mis deseos de invisibilidad
y escucharas mis voces bemoladas
y descubrirás por qué Don Antonio Machado conoció Soria
y aprenderás de memoria el Romance del Duero de Gerardo Diego
y con Rafael Alberti divisarás el mundo sobre un puente de luz
y comprenderás por qué El Empecinado ensanchaba El Duero persiguiendo a los dragones
y hablarás con Federico García Lorca en Covarrubias de las palabras maquilladas de fantasía
y visitarás Silos por su pasión de silencio
y cubrirás el sol de esta Ribera con tus pelos curvos
y destruirás las sucias paredes de tu habitación de niña
y ensuciarás de rojo tus obscenos demonios
y brotarán por tus poros cataratas de rosas
y enterrarás en un páramo la agonía de la espera
y jamás escribirás la carta de amor que ya he leído
y tirarás con mi arco blanco una flecha azul
y borrarás con tus rodillas el paso invisible de los vampiros de aquí
y ayudarás a un zorro a montar en bicicleta
y leerás en voz alta los lunes miércoles
y sábados de la última semana de septiembre de cada año a Gonzalo de Berceo
y los martes y jueves a San Juan de la Cruz
y los Domingos comerás con Neruda a las doce
y merendarás lechazo al pincho conmigo en Vadocondes a las ocho de la tarde de cualquier día
y los viernes por la noche de todos los otoños del universo dormirás en un barco en Zamora
y recitarás sin descanso los refranes del vino
y te costará recordar en qué manuscrito estaba la palabra agraz
y lavarás tus enaguas en las olas del Atlántico
y unirás dos puntos que no existen con una línea de crepúsculo
y brindarás con Noé en un viñedo de carretera por la vendimia que viene
y se arparán tus cántaros de estofa en las Bodas de Caná
y vivirás conmivino para siempre
y darás gracias a Borges por el regalo de este verso:
El sueño, ese pregusto de la muerte
y cerrarás los ojos sin saber cómo empieza una batalla
y amanecerás
y...
El autor y el poema

2 comentarios:

  1. Bonito detalle lo de la bota de vino colgada al hombro. Saludos.

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  2. este poema tiene casi 30 años amigo anónimo y habla de años atras, las botas eran como las mariconeras de hoy en dia, uno se iba al campo a la mañana y con suerte volvia a la noche, el zurron con un cacho de pan y tocino y una bota eran algo innegociable.
    gracias por la visita
    ypor opinar.
    un saludo.

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