jueves, 29 de enero de 2009

hablando con un corcho de cava


El corcho de las botellas de cava mide algo más de tres centímetros y si se fija observará que su base está formada por una serie de capas superpuestas, que ayudan a evitar posibles pérdidas de presión. Ya que los cavas no son vinos que deban guardarse mucho tiempo una vez que se han comercializado, al abrir la botella el corcho debe expandirse. En caso de que mantenga el mismo ancho del cuello de la botella, quiere decir que ha sido colocado hace tiempo. Siempre conviene ver el corcho, comprobar su estado y flexibilidad, oler la base que ha estado en contacto con el cava: todo ello nos irá aportando pruebas sobre el buen estado de la botella que vamos a consumir. Si es un auténtico cava, observará en la base del corcho una estrella de cuatro puntas, heraldo de las estrellas que usted mismo beberá a continuación, emulando a Dom Pérignon. Porque el lenguaje de la base del corcho de los espumosos españoles es como sigue:
· Estrella de cuatro puntas: vino espumoso con segunda fermentación en botella, según el “método tradicional”.
· Rectángulo negro: vino espumoso con segunda fermentación en botella, pero que ha sufrido un trasvase de una botella a otra de distinto tamaño, trasvase conocido como transfer.
· Circunferencia: vino espumoso con segunda fermentación en un gran envase (granvas), embotellándose posteriormente.
· Triángulo equilátero: vino gasificado.

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