De no mediar un cambio en las condiciones climáticas de aquí a la cosecha - primeros días de octubre - los viñedos de la comarca esperan tener una de las cosechas mas abundantes y de mejor calidad de los últimos tiempos. Todas las Denominaciones de Origen informan perspectivas de buenos resultados.
Publicado por LeoNoticias.com
Las buenas temperaturas que hasta ahora acompañan durante el verano –con una media de 29-30 grados durante el día y 14-15 en la noche-, unido al correcto estado sanitario general del viñedo –con escasa aparición de enfermedades fúngicas- hacen presagiar una gran cosecha de uva en Castilla y León en 2009, tanto en calidad como en cantidad, siempre y cuando la meteorología respete al campo de aquí al comienzo de la vendimia, allá por el mes de octubre.Los nueve consejos reguladores de las denominaciones de origen vitivinícolas de la Comunidad coinciden en asegurar que este puede ser un año de buena cosecha, superando la media de los precedentes, aunque prefieren no lanzar las campanas al vuelo por lo temprano aún de la campaña.
Así, en la mayor denominación de origen de Castilla y León, la Ribera del Duero, es ahora época de cierre de racimos, donde aunque la viña brotó algo tarde, su desarrollo ha sido generalmente perfecto. Así lo asegura el técnico del Consejo Regulador de la DO, Agustín Alonso, quien destacó, en declaraciones a Ical, que este año no se han registrado heladas, ni granizos y el estado sanitario de la vid en la zona “es muy bueno”. “Vamos con 12 ó 14 días de antelación sobre los parámetros de 2004, que fue un año excepcional y muy similar a éste, de momento”, resaltó Alonso, quien además añadió que las temperaturas también están contribuyendo, al situarse por debajo de los 30 grados por el día y 14 por noche, “con lo que la planta se está reproduciendo bien”.
Por su parte, los viñedos de Rueda, que también están sanos, según el secretario del Consejo, Ramón Bocos, llevan cinco ó seis días de adelanto en comparación con el año pasado, si bien reconoció que con el tiempo actual “están estables”. Aunque no existen problemas de oídio, sí se ha apreciado algo de polilla, sobretodo en la zona de La Seca, donde ya se ha tratado, pero en general no ha habido problemas importantes, “excepto en aquellos días del mes de mayo en los que hubo pedrisco”. Bocos también calificó de “ideal” el tiempo ante la calidad y cantidad de la uva, “porque la planta no tiene estrés hídrico y las temperaturas elevadas acompañan, con 30-31 grados”. “El problema llegaría si se sucediesen ahora lluvias continuadas o temperaturas excesivamente altas y aire seco que abrasa”, comentó.
Cierre de racimo perfecto
En el caso de los viñedos de la DO Bierzo, a las puertas de que empiece a enverar la uva y se inicien los ciclos de maduración, valoran la importancia de la estabilidad meteorológica actual. Su director técnico, Pablo Franco, destacó el “buen” estado sanitario de la uva, “con un correcto cierre de floración final de cuajado”.
Además, a ello se une que no han sufrido alteraciones fitosanitarias, lo que da “esperanza de que la maduración se desarrolle en buenas condiciones, siempre en función de la meteorología”. Confió en que siga el calor y las horas de luz, junto a los contrastes de frío por la noche que siempre demandan en esta zona de contrastes del noroeste de la Comunidad.
La directora técnica del Consejo Regulador de la DO Cigales, Águeda del Val, directamente señaló que el viñedo está “estupendo”, si bien admite que se vio algo afectado por oídio, “algo endémico y que no ha supuesto una gran pérdida”. Es por ello que espera una gran cosecha, “con muy buena calidad de la uva”, manifestó Del Val, argumentando que las temperaturas son fenomenales y la planta tiene humedad, lo que provoca que la uva “esté creciendo a tamaño de un guisante”. En principio, prevé, la cosecha será “buena” si no hay incidentes meteorológicos. En este sentido, recordó que lo normal es que se produzcan en el territorio de la DO alrededor de 10 millones de kilogramos largos, “que es lo esperado para este año”.
En Toro la brotación comenzó lenta, aunque no hay anomalías destacables en el ciclo. De hecho, el Consejo coincide con el resto en que entre marzo y abril había diferencias en cuanto a la media de los grados y eso lo retrasó, si bien, posteriormente, gracias a las temperaturas cercanas a los 30 grados, “se ha recuperado con creces”. Así indicó el director técnico del Consejo Regulador, Carlos Gallego, quien rechazó la existencia de hongos con una sanidad “impecable” del viñedo y “buen” cuajado del racimo. “Incluso el oídio, que en esta zona es endémico en la variedad tempranillo, no ha sido destacable, pero sí algo de polilla, que tampoco ha afectado de gran manera”, confesó.
Por todo ello, prevé una cosecha superior a la de los dos últimos años. En 2006 recolectaron en la DO entre 20 y 22 millones de kilos de uva, lo que se consideró “buen resultado”, para un año después registrar alrededor de 13 millones, que “fue baja”. El pasado año se situó en torno a los 17 ó18 millones de kilos, por lo que este año se espera lograr una media que se sitúe entre 2008 y 2006, es decir, alrededor de 19 ó 20 millones de kilogramos. “Aún así es prematuro, porque puede comenzar a llover o venir una enfermedad y se estropea todo”, advirtió.
Las cuatro DO más nuevas
En cuanto a las denominaciones de origen más recientes (Arlanza, Tierra de León, Arribes del Duero y Tierra del Vino de Zamora), que lograron su marca de calidad en febrero de 2008 con la ratificación del entonces Ministerio de Agricultura, los responsables de todas ellas esperan también conseguir importantes cosechas en calidad y cantidad.
Así, la zona más “remolona” de la Comunidad con el ciclo más tardío, la Ribera del Arlanza, según la define su director técnico, José Ignacio Marqués, registró una brotación más lenta de lo normal, “aunque después el cultivo se adelantó, por lo que la floración se produjo en fechas similares a la de otras campañas, hacia el 24 de junio”.
En estos momentos, en la fase de tamaño guisante, no se ha observado ninguna plaga destacable, si bien en su momento se trató contra el mildiu -en junio-, “porque hubo unos días de lluvia y calor que favoreció su aparición”. “Es un problema endémico que los viticultores conocen y saben prevenir para evitar riesgos”, comentó.
Por lo que respecta a la cantidad de la uva, Marqués sostuvo que hay muchos racimos y grandes, aunque durante la época de la cierna se registraron tormentas y corrimientos, “algo que no es un problema porque hay muchos racimos y habrá que realizar clareo”. “Como la vendimia es tardía, que el racimo esté suelto evita la podredumbre a última hora. Aún así, todavía es prematuro augurar una buena cosecha o no. Lo que sí está claro es que viene bien en calidad, cantidad y tiempo”, sentenció.
El responsable técnico de la DO Tierra de León, Alejandro González, señaló que la tónica general de la campaña también es “buena” porque prácticamente no existen enfermedades fúngicas y las heladas han respetado este año, al igual que el pedrisco, “que en otras zonas de la región sí que afectó”. Recuerda que este año faltaron tres puntos para alcanzar la calificación de añada excelente, y pronosticó que si este año continúa igual, “en 2010 se hablará de calificación excelente”.
El técnico de DO Arribes del Duero, Carlos Capilla, se mostró muy contento de cómo se está desarrollando el año porque la uva es de calidad y no se registra meteorología adversa. Al respecto, dijo que la calidad es mucho mejor que los dos años anteriores y también la cantidad, ya que en 2007 se produjo un 40 por ciento menos que un año atrás y en 2006, un 20 por ciento por debajo de lo alcanzado un ejercicio antes.
Por último, en la Tierra del Vino de Zamora prevén que la cosecha será “buena” en cantidad y calidad porque no ha habido ningún problema importante fitosanitario y meteorológico, excepto en zonas puntuales afectadas por heladas o pedrisco, según señaló el secretario del Consejo Regulador, José Manuel Braña, quien comentó que los racimos se han cuajado “correctamente”. Si bien, avisa de que queda mucho hasta la vendimia “y puede pasar cualquier cosa”.
Lo que está claro, añadió, es que la campaña será superior en cantidad a la de los dos últimos años, “donde hubo poca uva, pero hay que esperar, porque los negocios al aire libre no se sabe cómo saldrán hasta que el producto está recogido”.
Así, en la mayor denominación de origen de Castilla y León, la Ribera del Duero, es ahora época de cierre de racimos, donde aunque la viña brotó algo tarde, su desarrollo ha sido generalmente perfecto. Así lo asegura el técnico del Consejo Regulador de la DO, Agustín Alonso, quien destacó, en declaraciones a Ical, que este año no se han registrado heladas, ni granizos y el estado sanitario de la vid en la zona “es muy bueno”. “Vamos con 12 ó 14 días de antelación sobre los parámetros de 2004, que fue un año excepcional y muy similar a éste, de momento”, resaltó Alonso, quien además añadió que las temperaturas también están contribuyendo, al situarse por debajo de los 30 grados por el día y 14 por noche, “con lo que la planta se está reproduciendo bien”.
Por su parte, los viñedos de Rueda, que también están sanos, según el secretario del Consejo, Ramón Bocos, llevan cinco ó seis días de adelanto en comparación con el año pasado, si bien reconoció que con el tiempo actual “están estables”. Aunque no existen problemas de oídio, sí se ha apreciado algo de polilla, sobretodo en la zona de La Seca, donde ya se ha tratado, pero en general no ha habido problemas importantes, “excepto en aquellos días del mes de mayo en los que hubo pedrisco”. Bocos también calificó de “ideal” el tiempo ante la calidad y cantidad de la uva, “porque la planta no tiene estrés hídrico y las temperaturas elevadas acompañan, con 30-31 grados”. “El problema llegaría si se sucediesen ahora lluvias continuadas o temperaturas excesivamente altas y aire seco que abrasa”, comentó.
Cierre de racimo perfecto
En el caso de los viñedos de la DO Bierzo, a las puertas de que empiece a enverar la uva y se inicien los ciclos de maduración, valoran la importancia de la estabilidad meteorológica actual. Su director técnico, Pablo Franco, destacó el “buen” estado sanitario de la uva, “con un correcto cierre de floración final de cuajado”.
Además, a ello se une que no han sufrido alteraciones fitosanitarias, lo que da “esperanza de que la maduración se desarrolle en buenas condiciones, siempre en función de la meteorología”. Confió en que siga el calor y las horas de luz, junto a los contrastes de frío por la noche que siempre demandan en esta zona de contrastes del noroeste de la Comunidad.
La directora técnica del Consejo Regulador de la DO Cigales, Águeda del Val, directamente señaló que el viñedo está “estupendo”, si bien admite que se vio algo afectado por oídio, “algo endémico y que no ha supuesto una gran pérdida”. Es por ello que espera una gran cosecha, “con muy buena calidad de la uva”, manifestó Del Val, argumentando que las temperaturas son fenomenales y la planta tiene humedad, lo que provoca que la uva “esté creciendo a tamaño de un guisante”. En principio, prevé, la cosecha será “buena” si no hay incidentes meteorológicos. En este sentido, recordó que lo normal es que se produzcan en el territorio de la DO alrededor de 10 millones de kilogramos largos, “que es lo esperado para este año”.
En Toro la brotación comenzó lenta, aunque no hay anomalías destacables en el ciclo. De hecho, el Consejo coincide con el resto en que entre marzo y abril había diferencias en cuanto a la media de los grados y eso lo retrasó, si bien, posteriormente, gracias a las temperaturas cercanas a los 30 grados, “se ha recuperado con creces”. Así indicó el director técnico del Consejo Regulador, Carlos Gallego, quien rechazó la existencia de hongos con una sanidad “impecable” del viñedo y “buen” cuajado del racimo. “Incluso el oídio, que en esta zona es endémico en la variedad tempranillo, no ha sido destacable, pero sí algo de polilla, que tampoco ha afectado de gran manera”, confesó.
Por todo ello, prevé una cosecha superior a la de los dos últimos años. En 2006 recolectaron en la DO entre 20 y 22 millones de kilos de uva, lo que se consideró “buen resultado”, para un año después registrar alrededor de 13 millones, que “fue baja”. El pasado año se situó en torno a los 17 ó18 millones de kilos, por lo que este año se espera lograr una media que se sitúe entre 2008 y 2006, es decir, alrededor de 19 ó 20 millones de kilogramos. “Aún así es prematuro, porque puede comenzar a llover o venir una enfermedad y se estropea todo”, advirtió.
Las cuatro DO más nuevas
En cuanto a las denominaciones de origen más recientes (Arlanza, Tierra de León, Arribes del Duero y Tierra del Vino de Zamora), que lograron su marca de calidad en febrero de 2008 con la ratificación del entonces Ministerio de Agricultura, los responsables de todas ellas esperan también conseguir importantes cosechas en calidad y cantidad.
Así, la zona más “remolona” de la Comunidad con el ciclo más tardío, la Ribera del Arlanza, según la define su director técnico, José Ignacio Marqués, registró una brotación más lenta de lo normal, “aunque después el cultivo se adelantó, por lo que la floración se produjo en fechas similares a la de otras campañas, hacia el 24 de junio”.
En estos momentos, en la fase de tamaño guisante, no se ha observado ninguna plaga destacable, si bien en su momento se trató contra el mildiu -en junio-, “porque hubo unos días de lluvia y calor que favoreció su aparición”. “Es un problema endémico que los viticultores conocen y saben prevenir para evitar riesgos”, comentó.
Por lo que respecta a la cantidad de la uva, Marqués sostuvo que hay muchos racimos y grandes, aunque durante la época de la cierna se registraron tormentas y corrimientos, “algo que no es un problema porque hay muchos racimos y habrá que realizar clareo”. “Como la vendimia es tardía, que el racimo esté suelto evita la podredumbre a última hora. Aún así, todavía es prematuro augurar una buena cosecha o no. Lo que sí está claro es que viene bien en calidad, cantidad y tiempo”, sentenció.
El responsable técnico de la DO Tierra de León, Alejandro González, señaló que la tónica general de la campaña también es “buena” porque prácticamente no existen enfermedades fúngicas y las heladas han respetado este año, al igual que el pedrisco, “que en otras zonas de la región sí que afectó”. Recuerda que este año faltaron tres puntos para alcanzar la calificación de añada excelente, y pronosticó que si este año continúa igual, “en 2010 se hablará de calificación excelente”.
El técnico de DO Arribes del Duero, Carlos Capilla, se mostró muy contento de cómo se está desarrollando el año porque la uva es de calidad y no se registra meteorología adversa. Al respecto, dijo que la calidad es mucho mejor que los dos años anteriores y también la cantidad, ya que en 2007 se produjo un 40 por ciento menos que un año atrás y en 2006, un 20 por ciento por debajo de lo alcanzado un ejercicio antes.
Por último, en la Tierra del Vino de Zamora prevén que la cosecha será “buena” en cantidad y calidad porque no ha habido ningún problema importante fitosanitario y meteorológico, excepto en zonas puntuales afectadas por heladas o pedrisco, según señaló el secretario del Consejo Regulador, José Manuel Braña, quien comentó que los racimos se han cuajado “correctamente”. Si bien, avisa de que queda mucho hasta la vendimia “y puede pasar cualquier cosa”.
Lo que está claro, añadió, es que la campaña será superior en cantidad a la de los dos últimos años, “donde hubo poca uva, pero hay que esperar, porque los negocios al aire libre no se sabe cómo saldrán hasta que el producto está recogido”.
fuente: diariodelvino.com
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